GABINETE DE REHABILITACIÓN "LUISI MOTTA LEÓN"

GABINETE DE REHABILITACIÓN  "LUISI  MOTTA LEÓN"

jueves, 6 de junio de 2013

RETENCIÓN DE LÍQUIDOS

La retención de líquidos aparece en ciertas situaciones fisiológicas (embarazo, menopausia, pre-menstruo) y en muchas enfermedades (cardíacas, renales, hepáticas, etc.). Siempre se manifiesta como una hinchazón de los tejidos blandos, debido a la acumulación de líquidos especialmente en dichas zonas. El agua es el elemento más abundante del organismo y alcanza el 72% del peso corporal de un adulto. Está distribuida en tres grandes compartimientos: Intracelular: la que se encuentra dentro de las células. Intravascular: la que se encuentra dentro de los vasos sanguíneos. Intersticial: la que se encuentra entre ambos, o sea en los tejidos alrededor de las células. Unos de otros, todos estos compartimentos están separados por una membrana semipermeable, o sea que permite el paso de líquidos y ciertos componentes de los mismos. La retención de líquidos se produce, cuando existe un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de un compartimiento a otro. Si el paso de agua es abundante del espacio Intravascular al intersticial, aparece la retención de líquidos. La retención de líquidos es uno de los factores ocultos del aumento de peso, que se evidencia tanto en la báscula como en el espejo. Pueden ocurrir tanto por el estilo de vida (sedentarismo), como fluctuaciones hormonales (embarazo, menopausia, pre-menstruo), desequilibrio en la ingesta de líquidos o enfermedades importantes (cirrosis, insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial, cáncer, desnutrición, etc.). Los Factores causales: Factores orgánicos: Inflamatorios (en articulaciones por traumatismos o golpes), Alérgicos, trastornos circulatorios (ralentizamiento del retorno sanguíneo y linfático empujando el líquido hacia el intersticio. Enfermedades propias de ciertos órganos (hígado, riñón, corazón, etc.). Factores cotidianos: El sedentarismo (falta de actividad física, permanecer muchas horas sentados, etc.), el estrés (la angustia y los nervios desequilibran el sistema hormonal), la ingesta de medicamentos (anticonceptivos orales, corticoides, antiinflamatorios, etc.), factores climáticos (en menor medida las fluctuaciones de la presión atmosférica y las altas temperaturas, pueden influir en esto. Consejos a seguir: Seguir una alimentación rica en vegetales, frutas, con abundante agua y líquidos. La dieta a seguir debe ser equilibrada y ajustada a la edad y el estilo de vida. Ejercicio, en forma regular y constante, acorde a la edad y el estado físico. Ser muy cautos con el consumo de sal: con sólo sacar el salero de la mesa y evitar su agregado “de más” en las comidas, se estará cumpliendo con una dieta moderada en sodio. Tener en cuenta que después de los 50 años estos consejos son más necesarios que a los 20, aunque desde temprana edad es bueno tomar estos cuidados. Factores que pueden provocar la retención de líquidos: Una mala alimentación con exceso de sal y de alcohol, y falta de proteínas y nutrientes. Una vida muy sedentaria. Fluctuaciones hormonales (embarazo, menopausia). Trastornos hepáticos, cardíacos o renales, que hacen desequilibrar la báscula y provocan que los tejidos acumulen fluidos. Uso de ciertos medicamentos... Todos estos factores contribuyen a esa pesadez y malestar general provocado por este problema. Durante el embarazo Es muy común en el periodo de gestación retener más líquidos de los que necesita el organismo. Al menos el 50% de las mujeres lo padecen en algún momento, sobre todo durante el tercer trimestre. Todo este desarreglo es culpa de los drásticos cambios hormonales que se desarrollan durante el embarazo y se suele manifestar con una ligera hinchazón de tobillos y pies. En medicina, este problema recibe el nombre de ‘edema’ y no es muy preocupante, aunque es aconsejable comentarlo con el ginecólogo. Los edemas leves se corrigen con medidas sencillas, pero en cualquier caso no se debe tomar ningún medicamento sin consultar con el especialista. Consejos nutricionales: Para evitar la retención de líquidos hay que seguir una dieta baja en sodio, por tanto la primera medida a adoptar es reducir la sal en las comidas. Para que las comidas no resulten insípidas y realzar el sabor de los alimentos se pueden usar como sustitutivo hierbas aromáticas, vinagre, limón, ajo o cebolla. Pero no todo el sodio se ingiere a través de la sal de mesa. Todos los alimentos lo contienen en mayor o menor proporción, por eso es necesario también evitar aquellos que contengan mayor cantidad: embutidos, conservas, quesos (excepto los quesos sin sal), ahumados, curados, biscotes, pan con sal, pastillas de caldo, sopas y purés comerciales, aguas minerales con gas, alcohol, etc. Lo mejor es seguir una dieta rica en verduras, hortalizas, fruta, legumbres e hidratos de carbono complejos (pasta, arroz) y alimentos ricos en potasio en general. Entre las verduras y hortalizas más recomendadas se encuentran las patatas, calabaza, tomate, calabacín, berenjena, espárragos, setas y alcachofas. Y de las frutas la más aconsejable es el plátano, por su alto contenido en potasio. Por otro lado, también es importante beber agua (aproximadamente dos litros al día) y preferiblemente fuera de las comidas. Alimentos Recomendados Alimentos ricos en potasio: El potasio es un mineral que, junto con el sodio y el cloruro, mantienen el equilibrio hídrico del organismo. Estos tres componentes, llamados electrolitos, son necesarios para controlar la presión de la sangre, para mantener el ritmo cardíaco, para transportar los nutrientes a las células y, respecto a lo que nos interesa en este capítulo, para evitar que los líquidos sobrantes queden retenidos en el organismo. Un exceso de sodio en la dieta, ademas de facilitar la aparición de una serie de enfermedades como la hipertensión, rompe con el equilibrio hídrico y favorece la retención de líquidos en el organismo. Se ha comprobado como la ingestión de alimentos ricos en potasio ayuda a contrarrestar los niveles de sodio y restaura el equilibrio. Según los especialistas, la proporción ideal sería la de 5:1, es decir 5 veces más potasio que sodio. En la práctica, esto supone que deberíamos comer menos alimentos ricos en sal y comer más alimentos ricos en potasio. Con ello, no solamente conseguiríamos tener el cuerpo " menos hinchado", sino que evitaríamos que nuestra presión sanguínea fuera tan alta y disminuiríamos el riesgo de derrames cerebrales o ataques cardíacos. Lamentablemente en la sociedad actúa el consumo de sal suele ser el doble que el de potasio. Las frutas y las verduras son ricas en potasio. Se aconseja una ingestión diaria de unos 400 gr. de estos alimentos como mínimo, lo que equivaldría a unas 5 raciones diarias. Alimentos bajos en sodio: Entre los alimentos bajos en sodio tenemos fundamentalmente muchas frutas y verduras, aunque algunas frutas como la manzanas, las peras o las cerezas son especialmente recomendadas. Para saciar el organismo podemos recurrir a algunos cereales como el arroz o la avena, o a tubérculos como la patata. La soja u otras legumbres son fuentes vegetales de proteínas con muy poca sal. También podemos recurrir a la leche o a sus derivados. Alimentos No Recomendados Alimentos con mucha sal: Los alimentos ricos en sodio producen retención de líquidos. Entre los alimentos para la dieta de los edemas que contienen mucha sal y que debemos evitar se encuentran los siguientes: los embutidos ( mortadela, chopped, salchichón, jamón serrano, etc), los vegetales en salazón, los frutos secos salados y los quesos con sal.

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